4 consejos para que tus miedos no te paralicen
Esa situación la hemos vivido todos.
Justo en los momentos más importantes, nuestros miedos se apoderan de nosotros y sucede lo peor: bloqueo completo de nuestra mente (a veces hasta de nuestro cuerpo).
Entender este fenómeno como una reacción natural es el primer paso para poder superarlo.
La buena noticia es que, como si de un músculo se tratase, es algo que podemos entrenar para dominar casi por completo, y justo de eso es lo que hablaremos hoy.
¿Qué se puede hacer para que tus miedos no te paralicen? Hay 4 prácticas sencillas para evitarlo:
1. Siéntete cómodo con los fracasos
Tal y como lo escuchas, aunque debes poner mucha atención y entender este punto correctamente…
No es que te acostumbres al fracaso. Se trata de que te sientas cómodo con él.
La mayoría de los miedos que sentimos giran en torno a esta situación:
“¿Y si lo hago y no funciona?”
“¿Y si lo intento y no lo logro?”
El miedo al fracaso nos hace paralizarnos y privarnos de un montón de cosas que nos gustaría hacer, todo por conceptos que la propia sociedad ha creado: fracasar es algo malo.
Y es que si lo miras con lupa, para empezar, fracasar no tiene nada de malo. Muchas veces se llega a esta situación por dos razones muy comunes: inexperiencia o azar.
La inexperiencia en torno a una situación solo se soluciona practicando. Como tal, el fracaso es la mejor práctica.
A nosotros nos gusta mirarlo como un proceso inevitable de aprendizaje hacia el éxito, es decir, cuando fracasas, estás conociendo las ejecuciones equivocadas para alcanzar tus objetivos. De una forma bastante empírica, ves en primera fila lo que debes mejorar para alcanzar tus metas.
En resumen: cada vez que fracases, estás aprendiendo a descartar métodos para alcanzar el éxito. Mientras más fracases, más aprendes.
¡Por eso debes sentirte cómodo con él!
2. Aléjate de los pensamientos y círculos negativos
Los miedos muchas veces están ligados a las inseguridades que sentimos hacia nosotros mismos respecto a nuestros pensamientos, acciones, creencias o hábitos.
Es una especie de autoevaluación que hacemos de manera inconsciente, la cual, nuestro cerebro tiene muy presente cuando se presentan las situaciones importantes.
“No estudie para el examen, está claro que reprobaré”
“No adelante el proyecto, la empresa perderá dinero”
Mientras más negativo te mantengas, tendrás más posibilidades de que el miedo se apodere de ti por completo.
¿Alguna vez has dado una charla/presentación con preparación previa? Cuando haces acciones positivas que refuerzan tus conocimientos o habilidades hacia determinada actividad, te sientes mucho más preparado para enfrentarte y conseguir el objetivo.
Cuando no lo haces, es cuando tus miedos aparecen y se apoderan de ti por completo.
Siguiendo el ejemplo de la charla, cuando no te preparas hay más posibilidades de que olvide los términos, haces más complicada las explicaciones, te saltas puntos importantes… Todo por mantener en un círculo negativo (no te preparaste).
Para ello, cuidar tus hábitos y reemplázalos por acciones positivas es la mejor de las prácticas. Tomar conciencia y responsabilizarte es de los primeros pasos.
¿En qué círculos negativos te encuentras?
¿Crees que puedes adoptar mejores hábitos para prepararte?
Interioriza un poco y responde estas preguntas.
3. Racionaliza tus opciones: colócale una balanza a las situaciones
Otra situación común donde el miedo aparece es a la hora de tomar decisiones. Ese dilema entre escoger “esto o aquello”.
El miedo está fundamentado en las incógnitas que hay detrás de cada alternativa. En parte se debe a que simplemente no se puede ver el futuro, pero sí que se puede proyectar.
¿Qué situaciones se pueden desencadenar a la hora de tomar alguna de decisión?
¿Qué ganas o pierdes?
En este punto tomas cada resultado y lo vas colocando en una balanza. Luego, con bastante criterio, escoges la opción que más peso e importancia termina teniendo para ti (no para los demás) teniendo en cuenta todo lo que ello conlleva
¿Qué pasa cuando por miedo o por presión escoges algo sin racionalizarlo? ¡Es ahí donde se desencadenan eventos que no te benefician en absoluto!
Por eso algunas personas sostienen que decidir es un arte.
Hay situaciones que pueden tener un abismo de diferencia en cuanto a resultados, y solo por esa razón, no puedes permitir que el miedo te paralice.
Cuando te tomas tiempo para racionalizar y entiendes lo que puede desencadenar cada situación, puedes estar 100 veces más tranquilo a la hora de tomar una decisión. Y mientras más tranquilo estés, menos miedo tendrás.
4. No exageres las cosas
La palabra racionalizar la habrás oído un par de veces en este momento, pero es piedra angular para que tomes control del miedo, en vez de él a ti.
Muchas veces tu miedo puede estar injustificado por una exageración en los resultados o repercusiones de determinado evento.
Sí, es cierto que hay algunas situaciones que representan eventos muy importantes para tu vida, bienestar o tus objetivos; sin embargo, ese no siempre es el caso.
Uno de los mayores problemas del ser humano es su tendencia a exagerar las situaciones, así como verlas desde el lado pesimista.
Si al principio hablábamos de como el miedo te puede dejar paralizado, es importante resaltar que no todas las situaciones son tan malas como parecen, es decir, tu miedo muchas veces estará injustificado.
¿Qué recomendamos para esta situación? Ver todo con lupa y racionalizar.
¿Tan malo es que suceda “X” evento?
¿En serio necesitas eso que estás en riesgo de perder?
Muchas veces pensamos que se trata del fin de mundo, pero después del suceso, el mundo continúa funcionando tal y como estaba. A veces hasta mucho mejor.
Si es ese el caso, la pregunta no es porque quedas paralizado, sino, ¿por qué te permites tener miedo?
…
Esperamos que todas las recomendaciones te hagan reflexionar, y comiences a actuar de una mejor forma cuando aparezca las situaciones importantes.