Diferencia entre Coaching y Terapia Psicológica
Ya sea por las similitudes que hay en el formato de las citas, o la profesionalidad detrás de quienes las imparten, el coaching y las terapias psicologías se tienden a confundir con facilidad.
Cualquiera que no esté muy enterado del tema puede pensar que se tratan del mismo profesional, ramas similares y objetivos compartidos; sin embargo nada de eso es así. La confusión también se debe a que la teoría tampoco queda del todo clara.
Por esa razón, hoy estaremos hablando de la diferencia entre el coaching y la terapia psicología, y para ayudarte a entender todo este asunto, te daremos algunos ejemplos prácticos que te ayudaran a verlo con mayor facilidad.
Comenzaremos definiendo brevemente cada uno de los conceptos.
¿A qué se dedica la terapia y a quien va dirigida?
La terapia psicológica se dedica a ayudar a cualquier persona que sufra de alguna patología y necesite la ayuda de un profesional para superarla. Se entiende por patología la rama de la medicina encargada del estudio de las enfermedades.
Todas las situaciones que afectan el bienestar, la conducta y la salud metal de una persona pueden entrar bajo la denominación de patologías. Entre ellas conocemos la depresión, la ansiedad, la adicción, los traumas del pasado, el estrés agudo y demás.
El terapeuta es un profesional y especialista en problemas de conducta. Su objetivo es cambiar el comportamiento de los individuos en pro de su salud mental y su desarrollo como ser humano. Para lograrlo, utiliza estrategias de comunicación para estimular los pensamientos, sentimientos y emociones de dichas personas con el objetivo de ayudar a resolver su patología.
Las personas que ayuda se le denominan pacientes.
¿A qué se dedica el coaching y a quien va dirigido?
Mientras tanto, el coaching se dedica a dar un acompañamiento para la consecución de los objetivos personales que pueda tener una persona.
Estos objetivos pueden ir desde deseos profesionales, deportivos, empresariales, personales, familiares y demás. De hecho, no hay un limitante en los campos donde se puede aplicar el coaching.
El coach es un profesional dedicado a brindar el apoyo y las herramientas necesarias para el autodescubrimiento de cada persona. No busca enseñar, demostrar, ni guiar, simplemente se limita a introducir a cada individuo en un proceso de aprendizaje de su propio ser, para así desarrollar la conciencia y la responsabilidad necesaria en sus habilidades que lo ayudaran a lograr sus objetivos.
Las personas que acompaña se le denominan coachees.
Como puedes apreciar, ambas ramas se enfocan en ayudar a determinadas personas a cumplir ciertos objetivos, no obstante, en situaciones y estados muy diferentes.
Algunos creen que un coach no es del todo necesario para alcanzar sus objetivos, lo cual es cierto, sin embargo, es de gran ayuda cuando las cosas se ponen difíciles.
Cuando cuentas con un coach, tienes a una persona al lado que nunca te dejará solo ni te abandonará en tu trayecto hacia lo que deseas, simplemente se limitará a opinar y visualizar algunas cosas que quizás estás pasando por alto al tener la cabeza en tantos lugares.
Si quieres profundizar más en este tema, puedes ver todo lo que hace un coach aquí (enlace al artículo anterior).
5 Diferencias entre el coaching y la terapia psicológica
Con la teoría brevemente explicada, se puede entender mucho mejor en que se diferencian estas dos ramas, pero como dijimos al principio, te daremos algunos puntos prácticos que te ayudarán a ver un poco más allá y comenzar a diferenciarlos claramente.
Después de entender la práctica, sabrás que el coaching y la terapia psicología son muy diferentes.
Comencemos con las 5 diferencias claves:
1. El coaching trabaja en el presente y planifica hacia el futuro
El coach se encarga de preguntar en donde se encuentra su cliente y hacia dónde quiere llegar. Se tiene que definir la situación actual y proyectar la situación que él desea en el futuro. Para eso se utilizan técnicas de clarificación de objetivos en caso de que se necesiten, planes de acción y similares, siempre trabajando en equipo con su coachee, nunca en modo de guía o maestro.
Si lo comparamos con la terapia psicológica, la mayoría de las patologías ocurren en un momento dado en el pasado, por lo que el terapeuta se concentra con todos sus esfuerzos en dicho momento. ¿Por qué sucedió? ¿En qué afecto a su paciente? ¿Cómo se siente después del tiempo que ha pasado? Como puedes ver, todo va muy orientado hacia el pasado y las emociones de la persona, para así descubrir un tratamiento que lo pueda ayudar en el presente inmediato.
2. El coach busca potencializar las fortalezas del individuo
Todos tenemos habilidades y talentos en diferentes ramas de la vida cotidiana. El coach busca que cada persona consiga potenciar esas fortalezas para ponerlas a su favor y sacarle el máximo partido posible.
Si una persona viera con mejores ojos esa capacidad para conocer personas y hacer amigos, podría obtener mejores resultados en su vida profesional gracias al networking empleado.
En cambio, un terapeuta evalúa de manera general a su cliente para detectar los lugares afectados en los cuales comenzar a trabajar.
3. Un coach no debe trabajar con problemas patológicos
Como quedó explicado en la teoría, cuando una persona padece de alguna patología entra directamente en el área de un terapeuta. El coach trabaja únicamente con personas sanas y con objetivos claros, ya que ahí se encuentra su especialización y los años de carrera acumulados.
Si por ejemplo alguna persona desea conseguir mejores resultados en su profesión, pero padece de depresión por algún motivo ajeno a su trabajo, es un caso para ser trabajado por un terapeuta.
4. El coaching se enfoca en crear resultados lo más pronto posible
El coach siempre estará muy volcado a provocar la acción inmediata, y es que una vez se tienen los objetivos claros, el mejor método para producir resultados verdaderos es entrar en movimiento y en acción constantemente. Por esa razón las fases del coaching se atraviesan rápidamente.
En cambio, en la terapia psicológica se necesita conocer en profundidad la situación, el enfoque y sentimientos del paciente, haciendo que cada fase pueda tener un tiempo ilimitado hasta que no se haya logrado el avance esperado, aunque esto depende de cada persona y su patología.
5. El coaching se puede trabajar con cualquier objetivo
Como seguro puedes deducir, para trabajar con un coach no se necesitan muchos requisitos, tampoco hay limitantes en los campos de acción.
Por ejemplo, uno de los temas mayormente beneficiados por el coaching han sido los ejecutivos y las empresas, tanto de manera individual como grupal. Trabajar con una persona externa a la operación puede ser más beneficioso de lo que parece, y como un coach no busca imponer soluciones ni ilustrar verdades absolutas, los ejecutivos sacan bastante provecho de sus reuniones con el especialista.
Ejemplo práctico
Para los que aún no les queda del todo claro, o para aquellos que simplemente le gustan los ejemplos con nombre y apellido, aquí les va una pequeña historia que les ayudará a identificar la diferencia:
Iñaky es un joven de 24 años, soltero, que trabaja como gerente en un restaurante bastante popular de su ciudad. Su sueldo es elevado y gana lo suficiente para vivir cómodamente y salir a disfrutar con sus amigos, pero a pesar de eso, Iñaky siente que algo le está faltando en su vida…
El joven se propuso hace dos años a crear su propio negocio de venta de autopartes, ya que los coches siempre han sido su pasión, sin embargo, está bastante lejos de lograrlo. No ha estado tomando las mejores decisiones últimamente, por lo que su estado de ánimo no es el mejor de todos, inclusive se la pasa algo deprimido con frecuencia.
A pesar de que trabaja duro, siente que no le está yendo tan bien como él quisiera, siente que se merece un poco más de la vida y le gustaría mejorar su situación, pero no sabe cómo hacerlo.
Con frecuencia les comenta a sus amigos lo que le sucede actualmente, pero ninguno le entiende por completo porque se la pasan en otra onda (universidad, pareja, familia, etc.). Se siente un poco solo y perdido en las decisiones que toma, ya que muchas veces las realiza de manera inconsciente, sin saber las consecuencias que podrían pasar en el futuro (malas inversiones, gastos innecesarios).
A todas estas escucha una pequeña conversación mientras trabaja. Un grupo de empresarios comentan entre sí lo mucho que han mejorado las cosas en su departamento desde que “el coach” los está visitando con frecuencia. Otro le responde que las terapias psicológicas han estado cambiando drásticamente la situación de su hermana, añade que casi parece otra persona.
Como no tenía mucho que hacer ese día, la conversación se queda en la cabeza de Iñaky y se dispone a indagar sobre el tema el domingo. La idea de una ayuda externa le parece genial, ya que no tiene a nadie a quien dirigirse ni con quien contar para mejorar.
El tema está en que los conceptos no le quedan del todo claro y no sabe diferenciar entre un coach y un psicoterapeuta, tampoco sabe cuál verdaderamente lo podría ayudar a conseguir lo que quiere.
Conociendo la situación de Iñaky:
¿Con quién debería verse? ¿Con un coach de vida o con un psicoterapeuta?
Lógicamente no se trata de un caso real, pero es bastante didáctico para poner a pensar el cerebro y asociar los conocimientos teóricos con los prácticos. Además, ¡La respuesta es muy sencilla!