El duelo y la importancia de transitar sus etapas 2ª Parte
En la entrega anterior hablamos sobre la importancia de transitar las etapas del duelo de la Negación y la Ira, en esta segunda parte abordaremos la etapa de la Negociación, Depresión y Aceptación.
Estas etapas, al igual que las anteriores nos adentran a un estado de observación profunda, e identificarlas con claridad en nosotros, nos permiten transitar desde un entorno seguro, de autoamor, autoconfianza y sanación frente a una pérdida.
Negociación.
Esta etapa puede llegar a presentarse antes o después del deceso de un ser querido, es una etapa donde buscamos llegar a un acuerdo con la vida, con dios, con la enfermedad, con el tiempo, con nosotros mismos, probablemente, para poder parar o sobrellevar el dolor en el alma o sufrimiento de la noticia que nos han dado; cuando hablamos de negociar, buscamos realizar un tratado para cambiar la situación en la que nos encontramos.
Esta etapa me ha llevado a cuestionarme ¿cómo puedo negociar este dolor que siento por tu pérdida?…¿Cómo puedo no sentir esto que estoy viviendo? ¿Qué puedo hacer ahora para cambiar lo que siento o dejarlo de sentir?, sin en embargo hoy me doy cuenta y la pregunta sería ¿y por qué no sentir esto que siento? O bien ¿De dónde puedo tomar fuerza para continuar con mi camino sin ti a mi lado? Posiblemente, son preguntas que pueden variar y van a depender del sentimiento tan profundo que llegamos a tener; recuerda que no es una receta, sino una manera más de observar el duelo.
Al transitar esta etapa podemos ir pactando de diferentes maneras en el tiempo, por ejemplo, podemos pactar que al llegar nuestro momento nos volveremos a ver en el otro plano con nuestro ser amado, o podemos pedir a nuestro dios que no vuelva a ocurrir una enfermedad o tragedia en nuestra familia, podemos hacer y crear un sinfín de pactos que nos reconforten, que nos permitan tener una certeza para estar mejor.
La etapa de la negociación permite a la mente adaptarse a la pérdida y el dolor que le acompaña, a su vez, ella nos da tiempo para incorporarnos al nuevo cambio.
Depresión.
Esta etapa aparece cuando nuestra atención se encuentra presente y, podemos darnos cuenta de que ese ser amado ya no está en este plano donde a su vez aparece una sensación de vacío y podemos llegar a preguntarnos ¿para qué continuar?, ¿para que seguir adelante? La tristeza es profunda y puede que todo a nuestro alrededor sea gris, aun cuando el día parece soleado, las salidas, las comidas, los programas de televisión parecen ser secos y nos mostramos en un desinterés total de lo que ocurre a nuestro alrededor. Algunos podrán ver esta etapa como algo incómodo y poco natural en una persona que transita el duelo, pero… ¿Como no estacionarnos un poco o lo necesario en esta etapa?, si hemos perdido a alguien valioso e importante en nuestra vida y aparece en nosotros como un recurso natural para protegernos y más adelante podamos adaptarnos a algo que es, muy complejo de sentir y que posiblemente no podríamos superar así de fácil.
Elizabeth Kübler Ross dice que ante la depresión hagamos un sitio a nuestro lado para la Depresión, ella escribió “invita a tu depresión a sentarse a tu lado junto al fuego, siéntate a su lado sin intentar buscar una forma de escapar”, esto significa que te permitas explorar y sentir esa pérdida, y posiblemente en esto nos podemos preguntar ¿Cuándo es que esta depresión desaparece? Y justo aquí está la respuesta; permítete darle un lugar en ti y verás que poco a poco desaparece, puede que vuelva en ocasiones, sin embargo, tú ya la conocerás, y sabrás ser fuerte frente a ella, una vez que cumpla su propósito se marchara.
La depresión por tristeza es natural en el ser humano tras una pérdida, y nos permite ir despacio para evaluar poco a poco nuestra pérdida y de una manera más real. Algo bello que encuentro en esta etapa es, que nos permite limpiar, crear nuevamente desde cero, abriendo un nuevo camino para vivir; nos permite ver lo que hay en el fondo y resurgir como el ave fénix.
Aceptación.
Muchos podrán pensar que esta etapa llega cuando estamos de acuerdo con la pérdida de nuestro ser querido, o que ya no nos duele, o que estamos bien sin él y seguimos por nuestra vida como si nada, pero… esto no es aceptación, la realidad es que la aceptación llega cuando somos capaces de reconocer esta pérdida, claro que sigue doliendo, claro que seguimos extrañando, la diferencia es que podemos vivir y continuar aceptando lo que ocurrió tal cual en tiempo y momento, es cuando se puede vivir en paz con la realidad.
La aceptación llega cuando nos reincorporamos a nuestra nueva etapa de vida. Para llegar a esto requerimos de transitar las etapas anteriores, pero para estar en aceptación debemos vivir el proceso, la aceptación es un proceso, no una etapa final, es un trabajo constante de atención plena, un trabajo contante de permitirnos ser seres emocionales y consientes de nuestro entorno.
Transita tu duelo con amor y compasión a ti mismo, recuerda que es un proceso único y diferente en cada persona. Escucha tus necesidades, y dedica el tiempo que necesites.