El arte de ser instructor de coaching
Una de las profesiones actuales que más se demandan en las grandes empresas con equipos de trabajo es la de Coach.
Esta profesión en auge te abre las puertas a un mundo que hasta hace pocos años era totalmente desconocida. ¿Por qué? Porque ahonda disciplinas y filosofías de vida contrarias al sistema de trabajo del siglo XX.
Pero esto ha cambiado actualmente y las nuevas metodologías e implantación de sistemas se han modernizado para dar paso a disciplinas que saquen el potencial no solo de la persona, sino de todo un equipo.
Para lograr ser un buen Coach o instructor no solo debes hablar y exponer tu dialéctica al público. Deberás trasmitir toda una filosofía de desempeño y crecimiento personal. De ahí que el coaching sea un arte metódico más que una profesión como tal.
A continuación, te exponemos un pequeño decálogo a seguir para aprender como instruir positivamente en el arte del Coaching.
1. Todo instructor debe empoderar a cualquier persona que se ponga en sus manos. Aplicar las herramientas necesarias para desarrollar la personalidad de sus clientes para sacar lo mejor de sí mismos.
2. Observa si las personas que tienes a tu cargo están motivadas. Si no lo están elabora un plan alternativo antes de comenzar a aplicar la metodología, pues si hay desánimo puede impactar negativamente la disciplina.
3. Tienes que ser en todo momento el líder del grupo. Mantener la calma y saber sacar lo mejor de los demás. Solo así podrás impactar positivamente en su opinión.
4. Diseña y traza programas de acompañamiento que estén confeccionados para personas que busquen por todos los medios trascender en todos los ámbitos de la vida.
5. Sé consciente de la importancia de tus enseñanzas. Esta filosofía de trabajo te otorga un gran poder, gestiónalo bien para ayudar a los demás a conseguir sus metas.
6. Debes tener una total confianza con tus pupilos. Recuerda que el vínculo que les une es más que un mero maestro – alumno. Tus clientes depositan en ti todas sus esperanzas con el fin de que les hagas ver todo un mundo de posibilidades antes imposibles de realizar. Son personas que se pueden dañar emocionalmente si les creas desconfianza.
7. La paciencia: Ante todo no esperes grandes cambios en tus discípulos en pocos días. El Coaching es un arte a plazo largo. Los cambios se manifiestan poco a poco, nunca bruscamente. Solo yendo despacio se hacen las cosas bien, ya que para asimilar nuevas rutinas hay que estar semanas e incluso meses.
8. Reconoce los logros de los demás y hazles saber que son personas importantes en su entorno. Tienes que forjar una autoestima fuerte a base de ser condescendiente. Pero no te pases, demasiado adulador puede sonar falso y se darían cuenta de que les estás engañando. Todo en su justa medida.
9. Trata con justicia a todo el personal de una empresa. Las jerarquías no son buenas a la hora de impartir clases de Coaching. Todos somos iguales, nadie es más importante que otro, sé consecuente con este principio.
10. Enseña a definir las metas de los grupos donde trabajas. Todo debe girar en torno a un propósito en común que debe estar siempre visualizado mentalmente, sin olvidar cuál es nuestra meta para alcanzar el éxito en lo que nos proponemos.