Hasta ahora habíamos comprobado el beneficioso impacto que el coaching personal había producido en las personas desde una perspectiva laboral y a nivel de comunicación interpersonal. Pero no habíamos mencionado los efectos positivos del coaching para cambiar las reacciones de nuestro cuerpo según como nos afectan los estímulos externos del mundo.
A este dominio dentro del coaching le llamamos corporalidad, aprender a reaccionar positivamente reeducando nuestro cuerpo.
Coaching ontocorporal: escucha a tu cuerpo
Nuestro cuerpo está conectado a nuestros pensamientos desde el momento mismo de nuestro nacimiento. Con el paso de los años nuestro cerebro afianza ciertos patrones mentales inconscientes que se basan en los estímulos físicos que recibimos. No somos conscientes de cómo nos afecta el exterior ni cómo reaccionamos ante él, nuestra labor entonces es empezar a averiguarlo.
Son pues estos patrones conductuales los expresados a través de nuestro comportamiento los que dicen mucho de cómo pensamos. Es por tanto que nuestra corporalidad habla de nuestra actitud ante la vida y lo que hemos sufrido. A fin de cuentas, según como nos expresemos revela en buena medida como ha sido nuestra vida. El cuerpo nunca miente.
Qué se consigue al intervenir desde la corporalidad
Por medio del coaching corporal podemos amaestrar a nuestro cuerpo (posturas, movimientos, gestos, reacciones físicas…) como si volviéramos a aprender a comportarnos ante los sucesos que nos afectan. Se trata de toda una disciplina que nos permite comprender la forma que tenemos de manejar nuestro cuerpo. De esta manera volvemos a educarnos en la forma adecuada de responder a los estímulos cotidianos del día a día y nos ayuda hacernos conscientes de la manera en la que reaccionamos y así encontrar maneras más funcionales de hacerlo.
Para qué sirve la corporalidad en el coaching
Básicamente esta metodología nos ayuda a resolver los conflictos de nuestro cuerpo por culpa de unas malas prácticas aprendidas con el paso del tiempo. Con la corporalidad adecuada corregimos la forma de reaccionar de nuestro cuerpo y gestionamos los estímulos para dar la respuesta adecuada y adaptarnos a unos hábitos saludables.
Para lograrlo hay que distinguir que señales son las que desencadenan nuestra reacción. Para lograr tales menesteres es indispensable emplear varias disciplinas relacionadas con el mundo de la meditación como pudieran ser el taoísmo o propuestas de motivación.
Y cuando por fin se logra dominar la disciplina del coaching corporal es cuando las personas se encuentran con su yo interno. Ese que ha cambiado su forma de ver la vida, de comprender el mundo que le rodea, de entender las vivencias acaecidas. El fruto de un trabajo que da como resultado una comunicación más poderosa y efectiva tanto con uno mismo como con los otros.
La idea es que a través de la corporalidad los bloqueos de la expresión emocional y el bienestar se revelan y se viven a menudo de manera subconsciente.
Las bases de la corporalidad consciente
Tanto nuestro cuerpo como nuestra mentalidad funcionan en piloto automático. No pensamos en cómo tenemos que reaccionar, simplemente reaccionamos instintivamente ante un estímulo, ya sea sorprendernos al encontrarnos a una persona conocida o responder porque nos llaman.
Todos estos movimientos cotidianos los realizamos sin más, y solo cuando indagamos en cómo lo hacemos es cuando descubrimos el inmenso campo que tenemos ante nuestros ojos. Un terreno de aprendizaje tan extenso que si llegamos a dominarlo se reflejará en nuestro ser gracias al comprender la fina relación que hay entre cuerpo y mente.
Nuestro cuerpo transmite emociones a través de los movimientos
Si el cuerpo humano está controlado por las sensaciones, instintos y emociones manifestadas de forma inconsciente en nuestros movimientos corporales, los coaches pueden interpretar estas señales y patrones de movimiento para hacerse una idea de la personalidad de su cliente.
Se descubre una información emocional de una persona, de cómo ha manejado sus vivencias y como exterioriza lo ocurrido. A través del acompañamiento del coach puedes observar tus propias limitantes para buscar modificarlas y permitir aumentar tu propio éxito potenciando tu interior. Es una bonita disciplina que consigue desde el cuerpo generar aprendizaje transformacional.
Cuando se rompe la alineación emoción, lenguaje y corporalidad
Desde la metodología del coaching se estudia el estrecho vínculo existente entre emoción, lenguaje y corporalidad con el que se expresa subconscientemente todas tus vivencias y todo lo que eres. Hay una coherencia interna entre estas tres capacidades del ser humano, y cuando no están en sintonía es que algo malo sucede. Entra en ese momento la figura del coach corporal a buscar que es lo que está pasando.