El liderazgo
Para explicar las implicaciones a nivel psicológico que tiene el liderazgo vamos a partir del hecho que toda persona en algún momento de su vida, ya sea en su lugar de trabajo, como padres o madres de familia o capitán de un equipo de fútbol, se ha encontrado en una posición que acarreaba la responsabilidad de liderazgo. Dicho de otro modo, tenías la responsabilidad de gestionar a un cierto grupo de personas.
El secreto para liderar un grupo
Es indiscutible que no es una tarea sencilla, solo hay que observar las diferentes dinámicas de grupo en las aulas de estudiantes según cuál sea el profesor que imparte clase. El carácter grupal varía en función de cómo se lleve a cabo el liderazgo sobre esa colectividad.
Y es aquí donde entran en juego las habilidades de cada uno para dirigir un grupo. Hay personas que sienten mucha presión sobre sus hombros si tienen que mandar, otros son líderes natos con unas habilidades sociales adquiridas de forma natural.
Pero, quitando de estos pocos privilegiados, si estás entre el resto de mortales que les cuesta guiar a un grupo de personas, tendrás que echar mano a las técnicas de Coaching para desarrollar diversas estrategias de liderazgo.
Aprende a liderar un grupo
Que no te engañen, todo el mundo puede ser un buen líder si sabe dirigir sus dotes de mando. Se trata de un rol adquirido, una actitud ante la vida y en ese sentido es una conducta que puede llegar a ser aprendida socialmente. Si esto es así se puede desarrollar desde cero, se puede ejercitar y amaestrar para ser más o menos hábil en esta fundamental disciplina del Coaching.
¿Qué es necesario para ser un buen líder?
Ser un líder no consiste en mandar y pegar cuatro gritos para que te obedezcan y te hagan caso. Es mucho más que ser un dictador de empresa o un déspota. Hablamos de una persona que tenga capacidad de impactar la conducta de cada uno de los miembros de un grupo para encauzarla en la dirección correcta.
Para llevar a cabo esta labor de enseñar una causa en común tendrás que enamorarlos con tus palabras, comprender a esas personas, ahondar en su psique, saber qué es lo que quieren y un sinfín de cosas que se resumen principalmente en ganarte su confianza.
Aquí es donde entran en juego las dinámicas de grupo y las habilidades sociales. Acto y seguido te presentamos las distintas habilidades de liderazgo elementales.
1. Sé consecuente con tus palabras
No solo tenemos la responsabilidad de enseñar con palabras, sino también de predicar con el ejemplo. Si dices algo, pero después tus palabras no se respaldan con tus actos, estás perdiendo credibilidad, un rasgo vital de un líder.
2. Controla la comunicación
Las distintas estrategias de comunicación son fundamentales en el Coaching con respecto al liderazgo para dirigir a cada uno de los miembros de un grupo de trabajo. Tendrás que trasmitir toda la información a través no solo de las palabras, sino también de la comunicación no verbal para hacer comprender al resto cuáles son tus intenciones. No te dejes nada en el tintero o puede haber malentendidos por sesgos en la comunicación.
3. Sé transparente en todo momento
Si durante una charla no expones todas tus inquietudes desde un momento, hay riesgo de que puedas parecer una persona oscura con falsas intenciones. Para que esto no ocurra debes de ser lo más sincero posible y ser transparente en todo lo que puedas. No ocultes ningún dato por irrelevante que parezca, pues llegar al entendimiento puede verse truncado por olvidar cualquier nimiedad.
Lo importante aquí es trabajar en la unión de todo el grupo haciéndoles saber de forma clara cuáles son sus funciones y cómo deben cumplirlas.
4. La confianza
La confianza está estrechamente relacionada con el punto anterior (la transparencia). Solo si tus intenciones son verdaderas desde un principio podrás plantar la semilla de la confianza en un grupo. Así es fácil que el resto del equipo delegue en ti su seguridad para dejarles llevar a la meta de la superación personal.